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¿Qué puede esconder mi hipertensión arterial?

  • Actualidad

La hipertensión arterial (HTA) es una elevación continua de la presión arterial (PA) por encima de unos límites establecidos.

Se ha identificado desde un punto de vista epidemiológico como un importante factor de riesgo cardiovascular para la población general. Se ha demostrado que la morbilidad y mortalidad cardiovascular tiene una relación continua con las cifras de PA sistólica y diastólica, por ello debe hacerse una correcta cuantificación del riesgo cardiovascular.

Según el Colegio Americano de Cardiología se considera hipertensión de grado I cuando los niveles alcanzan de 139-130 mmHG o 89-80 mmHG de sistólica y diastólica respectivamente; y de grado II cuando son mayores o iguales a 140 o 90 mmHG de sistólica o diastólica respectivamente.

La hipertensión arterial puede producirse por distintos motivos etiológicos, y por ello se clasifica como hipertensión primaria o esencial, o como hipertensión secundaria a otras causas que contribuyen a su aparición.

  • La hipertensión primaria, es la más frecuente, se produce por aquellos cambios fisiopatológicos necesarios, reactivos a cambios ambientales o condiciones, para mantener una buena perfusión de los órganos. Existen numerosos factores genéticos y ambientales con efectos cardiorrenales que condicionan la posibilidad de padecer hipertensión arterial, como la edad, historia familiar, raza, dieta, ejercicio, obesidad, etc.
  • La hipertensión secundaria se define como aquella hipertensión provocada por otras condiciones médicas que aparecen de novo por otros mecanismos diferentes a una simple adaptación reactiva para mantener una buen perfusión de los órganos.

Se han descrito múltiples causas que pueden desarrollar una hipertensión secundaria:

  • Fármacos: Anticonceptivos orales (altas dosis de estrógenos), antiinflamatorios no esteroideos y esteroideos, antidepresivos, antipsicóticos atípicos (olanzapina, clozapina), descongestionantes tipo efedrina, inmunosupresores (Ciclosporina o Tacrolimus), anfetaminas o estimulantes, eritropoyetina, inhibidores de la angiogénesis o de la tirosinkinasa, entre otros.
  • Dieta: Alto consumo de sal, comida procesada, rica en grasas y azúcares, exceso consumo de regaliz.
  • Tóxicos: Metanfetaminas, cocaína, tabaco, alcohol.
  • Enfermedad renal: Tanto aguda como crónica que pueda provocar una insuficiencia renal o por displasia/arterioesclerosis arteria renal, tumores productores renina, enfermedad poliquística renal.
  • Patología endocrinológica u hormonal: Hiperaldosteronismo primario, feocromocitoma, enfermedad de Cushing, acromegalia, hipotiroidismo, hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, hiperplasia suprarrenal congénita por déficit de 17/11 hidroxilasa, mutación receptor mineralocorticoide.
  • Cardiovascular: Coartación aorta, hipertrofia ventricular izquierda, valvulopatías, vasculitis/arteritis.
  • Pulmonar: Síndrome apneas del sueño, enfermedad pulmonar que provoque hipoxemia, hipertensión pulmonar.
  • Neurológica: Enfermedades bulbares/medulares, psicógena, hipertensión intracraneal, tumores encefálicos, disautonomía, síndrome Guillain- Barré.
  • Otras: Diabetes, hipercolesterolemia, obesidad, esteatosis hepática, gestación, esclerodermia, porfiria aguda…

Clínica: Aunque puede manifestarse con algún síntoma sugestivo como cefaleas o inestabilidad cefálica de novo, alteraciones visuales, náuseas o vómitos, sangrado nasal; la mayoría de las ocasiones pasa desapercibida y asintomática, siendo una complicación de la misma la primera manifestación clínica.

Complicaciones: La hipertensión arterial está asociada a complicaciones por enfermedades cardiovasculares (hipertrofia ventrículo izquierdo, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, hemorragia cerebral o ictus isquémico, arteriopatía periférica, retinopatía hipertensiva) y a enfermedad renal. 

Por todo ello es importante identificar la posibilidad de tener hipertensión arterial.

SE recomienda medir la tensión arterial con tensiómetro manual u automático, tanto en domicilio como en consulta (con preparación previa), midiendo un mínimo de 2 veces en los 2 brazos; o mediante la colocación de un MAPA/Holter tensión arterial, siendo éste último más preciso y sensible, sobre todo para la hipertensión de bata blanca o enmascarada, pero no disponible para la mayoría de los profesionales sanitarios.

Por tanto, hablar de hipertensión arterial no son sólo cifras de tensión arterial elevada, es una señal que puede esconder una condición médica o ser reactiva a una situación genética, ambiental o patológica en una persona. Si me identifico o me identifican una hipertensión arterial, es importante identificar también el motivo de esa hipertensión, y las posibles complicaciones que me haya podido causar mientras ha estado asintomática.

Por tanto es importante que se ponga en contacto con su médico o especialista para realizar el estudio pertinente con todo el equipo multidisciplinar que precise según los hallazgos.

 

Daniel Cabo Navarro
Especialista de Endocrinología y Nutrición

Num colegiado 290841097

 

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