Skip to main content

Doctor tengo un tumor en la hipófisis

  • Actualidad

La detección de masas hipofisarias es cada vez más frecuente conforme aumentan el número y resolución de las técnicas de imagen realizadas (RMN, TAC o PET)

Los tumores hipofisarios representan aproximadamente el 15% del total de las neoplasias intracraneales y se encuentran a menudo al realizar una autopsia. La gran mayoría de los tumores post mortem se trataban de microadenomas, lo que pone de manifiesto el bajo potencial de crecimiento de estos tumores.

Loa adenomas hipofisarios se definen como tumores de naturaleza benigna capaces de expresar y producir hormonas de forma autónoma, ocasionando la aparición de trastornos hormonales como por ejemplo hiperprolactinemia, acromegalia y enfermedad de Cushing, o bien pueden ser funcionalmente silentes y diagnosticarse como una masa localizada en la silla turca normal. Estas neoplasias presentan un tiempo de duplicación lento y si son muy pequeñas, en raros casos puede incluso resolverse de forma espontánea. Sin embargo, también hay casos agresivos que pueden asociarse con compresión o invasión local de estructuras nerviosas vitales.

La edad media de presentación es sobre los 50 años con una prevalencia discretamente mayor en mujeres. En cuanto a la producción, la de prolactina, es la alteración más frecuente. Por otro lado, las deficiencias aisladas o el hipopituitarismo son relativamente frecuentes, generalmente en macroincidentalomas. 

La evaluación hormonal en el manejo de estas lesiones hipofisarios, al inicio o durante el seguimiento es muy importante para descartar alguna disfunción de los ejes hormonales hipofisarios (hiper o hipofunción) Es importante en esta fase una valoración clínica completa que nos dirija las determinaciones y pruebas funcionales hormonales a realizar.

La resonancia magnética nuclear de hipófisis con y sin contraste es la prueba de imagen ideal para la evaluación inicial y durante el seguimiento de un adenoma hipofisario tanto para diferenciar el tipo de lesión y tamaño como la magnitud del crecimiento tumoral durante el periodo de seguimiento.

Un examen visual y neurooftalmológico, mediante a realización de campimetría visual, agudeza visual, potenciales evocados visuales y oculomotora, es fundamental ante la presencia de macroincidentalomas sobre todo cuando se trata de lesiones próximas al quiasma óptico o que lo desplazan o comprimen.

Las diferentes estrategias tratan de identificar las lesiones que precisan tratamiento en el momento de la presentación diferenciándolas de aquellas en que la actitud más recomendable es el seguimiento clínico, bioquímico, hormonal y radiológico, midiendo los parámetros de progresión e identificando los factores de riesgo que nos ayuden a decidir cuándo debemos realizar una intervención terapéutica. 

El tratamiento, médico y/o neuroquirúrgico, estará indicado en cualquiera de los síndromes clínicos de hipersecreción tumoral, generalmente identificados en el momento inicial de la presentación.

 

Pin It